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CIBERÍADA DE STANISLAW LEM
Stanislaw Lem es un escritor polaco de ciencia-ficción cuya novela más famosa es Solaris, llevada al cine varias veces (la última en 2002, dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por George Clooney). Pero en Ciberíada lo que nos encontramos es con otra faceta de su producción literaria: el humor (aunque en un marco de ciencia-ficción).
Ciberíada se compone de diversos cuentos que narran los viajes que realizan Trurl y Clapaucio, dos androides constructores de los más inverosímiles inventos, con los que intentan ayudar a todo aquél que se lo pide.
Aunque se englobe en la ciencia-ficción, aquí la ciencia es absolutamente fantástica, llegando a aparecer dragones (aunque “Como sabemos, los dragones no existen”), conformando cada viaje una fábula con moraleja, en la que Lem refleja con ironía (y a veces con saña) diversos aspectos del comportamiento humano y sus sociedades: el ejército, la burocracia, la mezquindad, etc.
El libro resulta enormemente entretenido, repleto de ingenio e inteligencia (llegamos a tener un cuento dentro de otro cuento dentro de otro cuento dentro de otro cuento (no, no es una errata, son cuatro niveles de cuentos). Recomendado para aquellos aficionados a la ciencia-ficción que también disfrutasen con los Viajes de Gulliver, el Quijote o la imaginación de Borges.
Para terminar, un elocuente párrafo del último cuento de Ciberíada: “Mira, por ejemplo, a unos vecinos nuestros, habitantes de un planeta parecido a la Tierra, es decir, aterrado, (…)”
Stanislaw Lem es un escritor polaco de ciencia-ficción cuya novela más famosa es Solaris, llevada al cine varias veces (la última en 2002, dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por George Clooney). Pero en Ciberíada lo que nos encontramos es con otra faceta de su producción literaria: el humor (aunque en un marco de ciencia-ficción).
Ciberíada se compone de diversos cuentos que narran los viajes que realizan Trurl y Clapaucio, dos androides constructores de los más inverosímiles inventos, con los que intentan ayudar a todo aquél que se lo pide.
Aunque se englobe en la ciencia-ficción, aquí la ciencia es absolutamente fantástica, llegando a aparecer dragones (aunque “Como sabemos, los dragones no existen”), conformando cada viaje una fábula con moraleja, en la que Lem refleja con ironía (y a veces con saña) diversos aspectos del comportamiento humano y sus sociedades: el ejército, la burocracia, la mezquindad, etc.
El libro resulta enormemente entretenido, repleto de ingenio e inteligencia (llegamos a tener un cuento dentro de otro cuento dentro de otro cuento dentro de otro cuento (no, no es una errata, son cuatro niveles de cuentos). Recomendado para aquellos aficionados a la ciencia-ficción que también disfrutasen con los Viajes de Gulliver, el Quijote o la imaginación de Borges.
Para terminar, un elocuente párrafo del último cuento de Ciberíada: “Mira, por ejemplo, a unos vecinos nuestros, habitantes de un planeta parecido a la Tierra, es decir, aterrado, (…)”
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